Abel Cabrera y Etel Damiano, vecinos de Progreso que auxliaron a la Dra. Salomone. |
EL REENCUENTRO
La dueña de casa relató que Milvana pidió
el teléfono y muy emocionada habló con su padre y su hermano. “Estoy viva”,
dijo llorando. Luego pidió calma y les explicó que se encontraba bien. No sabía
dónde estaba, tuvo que pedirle al matrimonio la dirección para que su familia
la fuera a buscar.
En la espera, mientras comía peras en
almíbar, contó que no sabía donde estuvo secuestrada, pero presumía que era una
zona rural porque, desde el sótano de una finca, escuchaba pasar un ómnibus en
la mañana y otro en la tarde. Dijo que comió bien y recibía los diarios todos
los días. “Estaba muy bien, clarita”, dijo la dueña de casa. “Milvana pensó que
cuando la tiraron a la cuneta le pegaban un tiro. Ella venía en el baúl del
auto, no sabía dónde estaba", dijo.
"Cuando viene el hermano a buscarla se
abrazaron y lloraron, ella le dijo que estaba bien y que la trataron
bien", agregó la vecina.
La ginecóloga fue abandonada en Camino Del Gigante, una zona descampada cercana
a la localidad de Progreso. Cerca del lugar funciona el Haras Cuatro Piedras,
un establecimiento de cría de caballos árabes perteneciente al hermano de
Milvana Salomone.
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