Milvana y su esposo rumbo al Juzgado. |
Subrayado pudo saber detalles de las
condiciones de reclusión en las que estuvo la médica Milvana Salomone durante
estos 29 días.
La primer comunicación de los captores
para dar señales a la familia fue el día en que sepultaron a la madre de
Salomone, el pasado 30 de mayo. Llamaron al almacén de la esquina de su casa,
donde habitualmente la médica hacía las compras.
Subrayado pudo saber que estaba recluida
en una especie de sótano aljibe, donde le alcanzaban la comida bajándola en un
balde.
Según transmitió la ginecóloga ahora
liberada, los captores la trataron bien: le proporcionaban jabón, desodorante y
comida. En una oportunidad en la que le dieron para comer atún al aceite, ella
transmitió que no comía eso y accedieron a cambiarlo por atún al agua.
La médica fue liberada sobre las 7.00 de
la mañana en la Ruta 32 próximo a Progreso luego de una negociación que llevó varios días. Desde allí fue
trasladada por su hermano a su casa de Parque Batlle donde fue acompañada
de familiares y amigos. Más tarde partió junto a su esposo y su abogado
rumbo al Juzgado.
NEGOCIARON EL RESCATE POR CARTA Y SMS
La Dirección Nacional de Policía seguía
directamente el caso en conjunto con Inteligencia. En las últimas semanas
habían tenido lugar otros secuestrados extorsivos. Dos de ellos estuvieron
relacionados con bandas del narcotráfico. En unos de los casos, una mujer fue
rescatada por 100.000 pesos.
Los secuestradores de la ginecóloga
Milvana Salomone negociaron el pago del rescate con la familia de la médica
desde el 5 de junio. Fue una alta suma de dinero.
La negociación fue por carta. Como prueba
de que la doctora estaba viva, enviaron a la familia una carta escrita por ella
en la que se daba detalles de la actualidad deportiva con referencias a la
Selección Uruguaya y a Peñarol.
Según pudo saber Subrayado, a la
familia le avisaban vía mensaje de texto el lugar dónde dejaban la nota para
que pudieran retirarla.
Los secuestradores eran muy profesionales
y en materia de tecnología hacían artilugios para que no quedaran rastros de
los sms ni de las llamadas.
En una oportunidad le pidieron a la
familia que publicara un aviso en el diario pero no hubo respuesta a esto.
SUBRAYADO
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