martes, 16 de junio de 2015

Estaba recluida en un sótano y le alcanzaban comida con un balde

Milvana y su esposo rumbo al Juzgado.
La ginecóloga Milvana Salomone se reencontró con su familia este martes a casi un mes de ser secuestrada. Este miércoles 17 se cumplen 30 días de su desaparición.
Subrayado pudo saber detalles de las condiciones de reclusión en las que estuvo la médica Milvana Salomone durante estos 29 días.
La primer comunicación de los captores para dar señales a la familia fue el día en que sepultaron a la madre de Salomone, el pasado 30 de mayo. Llamaron al almacén de la esquina de su casa, donde habitualmente la médica hacía las compras.
Subrayado pudo saber que estaba recluida en una especie de sótano aljibe, donde le alcanzaban la comida bajándola en un balde.
Según transmitió la ginecóloga ahora liberada, los captores la trataron bien: le proporcionaban jabón, desodorante y comida. En una oportunidad en la que le dieron para comer atún al aceite, ella transmitió que no comía eso y accedieron a cambiarlo por atún al agua.
La médica fue liberada sobre las 7.00 de la mañana en la Ruta 32 próximo a Progreso luego de una negociación que llevó varios días. Desde allí fue trasladada por su hermano a su casa de Parque Batlle donde fue acompañada de familiares y amigos. Más tarde partió junto a su esposo y su abogado rumbo al Juzgado.

NEGOCIARON EL RESCATE POR CARTA Y SMS
La Dirección Nacional de Policía seguía directamente el caso en conjunto con Inteligencia. En las últimas semanas habían tenido lugar otros secuestrados extorsivos. Dos de ellos estuvieron relacionados con bandas del narcotráfico. En unos de los casos, una mujer fue rescatada por 100.000 pesos.
Los secuestradores de la ginecóloga Milvana Salomone negociaron el pago del rescate con la familia de la médica desde el 5 de junio. Fue una alta suma de dinero.
La negociación fue por carta. Como prueba de que la doctora estaba viva, enviaron a la familia una carta escrita por ella en la que se daba detalles de la actualidad deportiva con referencias a la Selección Uruguaya y a Peñarol.
Según pudo saber Subrayado, a la familia le avisaban vía mensaje de texto el lugar dónde dejaban la nota para que pudieran retirarla.
Los secuestradores eran muy profesionales y en materia de tecnología hacían artilugios para que no quedaran rastros de los sms ni de las llamadas.
En una oportunidad le pidieron a la familia que publicara un aviso en el diario pero no hubo respuesta a esto.
SUBRAYADO

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