domingo, 3 de junio de 2012

Después de San Cono, eclipse de Luna

Un eclipse lunar parcial tendrá lugar el 4 de junio de 2012. La Luna estará cubierta en un 30% por la sombra de la Tierra durante el máximo del eclipse. El eclipse sucede porque la Tierra se interpone entre el Sol y la Luna, proyectando la sombra de nuestro planeta en la Luna. La parte de nuestro satélite que pase a través de la sombra terrestre se verá significativamente oscurecida, mientras que la porción que atraviese la zona de la penumbra se verá de tono rojizo oscuro. Esta coloración se debe a la luz refractada por la atmósfera terrestre que llega al satélite.
El primer eclipse de luna del año tendrá una duración extraordinaria, en un espectáculo celestial que será visible para los habitantes de una amplia región de la Tierra, según informa la agencia AP.
Sin embargo, el fenómeno del lunes no será apreciable en Estados Unidos, Canadá, ni el resto de América del Norte.
Será visto totalmente, si el clima lo permite, por quienes vivan en el este de Africa, Asia central, el Medio Oriente y el oeste de Australia. El fenómeno también se podrá ver en algunas regiones de Sudamérica.
El eclipse lunar es el segundo evento astronómico producido este año. El primero fue el eclipse anular de sol el 20 de mayo, seguido por este eclipse parcial de Luna. El 13 de noviembre se producirá un eclipse total de sol y el 28 de ese mismo mes, un eclipse penumbral de la Luna.
TRÁNSITO DE VENUS POR EL SOL
Al día siguiente del eclipse lunar (martes) se producirá el “Tránsito de Venus”, importante
fenómeno astronómico que se origina por la alineación del Sol, Venus y la Tierra, permitiendo ver el paso del planeta frente al Sol, evento que se repetirá dentro de un siglo, en 2117, y que en Sudamérica sólo podrá verse en Isla de Pascua, además de Asia, parte de Europa, algunas zonas de Norteamérica. El tránsito durará casi 7 horas y comenzará el 5 de junio a las 3:09 de la tarde.
Atención: Si se anima a ir a la Isla de Pascua, vaya con anteojos protectores con filtros solares, porque se puede producir un daño irreparable en la retina al mirar fijamente al Sol.

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