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Foto de Mabel Facal. |
Organizada por el Grupo de Apoyo de Florida a Familiares de Detenidos Desaparecidos, se realizó una nueva “Marcha del Silencio” en la capital departamental: “Impunidad. Responsabilidad del Estado. Ayer y Hoy”, fue la consigna. Y el anuncio de solicitud al MEC para la colocación de una placa en el Batallón de Ingenieros 2, por haberse producido allí violaciones a los derechos humanos entre el 13 de junio de 1968 y el 28 de febrero de 1985.
El movimiento apoyado por decenas de floridenses -que este
año destacó por la presencia de jóvenes y estudiantes- marchó hacia el monumento
que recuerda a Zelmar Michelini y Héctor Gutiérrez Ruiz junto a otros
desaparecidos, y también la aparición de los restos de Julio Castro.
El
grupo recordó la solicitud realizada en el marco de la Ley 18.596 y su Artículo
8º.– En todos los sitios públicos donde notoriamente se identifique que se
hayan producido violaciones a los derechos humanos de las referidas en la
presente ley, el Estado colocará en su exterior y en lugar visible para la
ciudadanía, placas o expresiones materiales simbólicas recordatorias de dichos
hechos; podrá definir el destino de memorial para aquellos edificios o
instalaciones que recuerden esas violaciones y podrá determinar la celebración
de fechas conmemorativas de la verificación de los hechos.
Della Ventura, indicó que también los familiares de Juan
Alfredo Pino Garín también solicitaron la colocación de una placa.
“Allí
murió por omisión de asistencia y otras causas el 16 de junio de 1982. Pino
Garín fue detenido en el Penal de Libertad desde 1972. Cumplió condena por 10
años. Y cuando le dijeron que lo liberarían, fue trasladado a Florida. Al cabo de los días, le
entregan el cuerpo sin vida a su familia”, recordó la maestra floridense.
Consideró
que, con estas acciones, Florida “dará unos pequeños pasos más en pro de la
memoria y la verdad”.
CASTRO:
SE ELEVÓ PLACA; “HUBO INDIFERENCIA”
La
elevación de la placa que recuerda la aparición de los restos del maestro Julio
Castro fue uno de los temas centrales en la oratoria.
Paola
Andrade señaló la acción modificativa de la Junta Departamental (la placa
estuvo a ras de piso y ahora está sobre una base de ladrillos) pero indicó:
“queda esa amarga sensación de indiferencia. Se le pidió muchas veces. La placa
estuvo enterrada en el suelo, inadvertida, olvidada, cuando es un símbolo de
desentierro, una luz de esperanza para seguir encontrando a nuestros
desaparecidos y un estandarte que se debería tener en cuenta para que no quede
en el olvido”.
JÓVENES
Y EDUCACIÓN PRESENTES
Los
estudiantes del Centro Regional de Profesores y del Instituto Manuel Oribe
(Liceo Nº1) fueron parte fundamental durante la marcha. También en la
palabra y la reivindicación del tratamiento del tema en los centros de
estudios.
“Hay
una necesidad de cobertura. Lo que se enseña es una visión parcializada que
incluso busca justificar las injusticias del período dictatorial”, reclamó
Gabriel Rodríguez.
“La historia es historia, incomode a quien incomode. Que se la censure o
maquille según lo que el profesor o su visión política considere, es
inaceptable”, continuó.
Y
citó como ejemplo: “En nuestro liceo nos encontramos con un comentario que el
tratamiento de este tema podría considerarse una violación de la laicidad. Estas
actitudes no contribuyen a la construcción de memoria, verdad y justicia. Y a poder decir nunca
más terrorismo de Estado en Uruguay”.
En el mismo sentido, Katherine Pose destacó la
participación juvenil en la marcha de este año. Y remarcó que la búsqueda de
memoria, verdad y justicia no se restrinja solo a la generación que lo vivió.
A
casi 41 años del golpe de Estado, Pose recordó que “la impunidad sigue vigente
y es contra esta por la que reivindicamos la lucha”.
Repasó además que pasó más de un año del robo de los
archivos de la facultad y aún no se esclareció el hecho: “La impunidad no es
ajena a nuestro tiempo. Hay presión para que no se conozca la verdad”.
Y
reflexionó: “Nuestra función contribuye a combatir la indiferencia y fomentar
la información: la violación de los derechos humanos en esos tiempos va más
allá de cualquier lema político. Ni
siquiera debe cuestionarse si esto debe impartirse desde determinada ideología.
Esperemos
que el silencio sea sólo un recuerdo a ellos y sus familiares, y que el olvido
no sea sólo una opción”, concluyó.
FLORIDADIARIO
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