CONFUSIÓN
Un hombre y una mujer ingresaron al local comercial y,
mientras una de las personas solicitó información sobre requisitos para
contraer un crédito, la restante simuló interesarse por los celulares expuestos
en los exhibidores. Una vez que la pareja se retiró, en compañía de dos niños
de corta edad, al parecer hijos suyos, los empleados notaron la falta de uno de
los teléfonos celulares, por lo que solicitaron la intervención de la Policía.
Al lugar acudieron efectivos policiales, recabaron información primaria
respecto a lo sucedido y, al saber que la pareja que había cometido el hurto
transitaba junto a niños, una policía femenina se dirigió hacia la esquina más
próxima e interceptó a dos parejas que paseaban tranquilamente junto a dos
pequeños, luego de hacer efectivo el pago de sus contratos de telefonía
celular.
“NI
NOS PIDIERON DISCULPAS”
“Caminábamos por el centro junto a mi marido, mi cuñado y
su esposa, y los hijos de ellos, cuando nos interceptó una policía y nos pidió
los documentos, indicando que se trataba de un procedimiento de rutina” dijo
a EL HERALDO una de las víctimas de la situación. “Hasta ahí todo
bien, pero después llegaron varios policías, nos colocaron contra la pared como
si fuéramos delincuentes, nos revisaron todo y se fueron sin siquiera
explicarnos qué había pasado ni pedirnos disculpas”, agregó. “Pasé una gran
vergüenza, la verdad que fue un muy mal momento” subrayó, agregando que optaron
por no radicar denunciar por lo sucedido. Inmediatamente luego del episodio,
los policías intervinientes retornaron al negocio donde se produjo el hurto y
les solicitaron que no aportaran ningún tipo de información, bajo la premisa de
no entorpecer el procedimiento.
EL HERALDO
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