Allí se dijo que hay 19 delincuentes identificados que
operan como cabecillas de la barrabrava de Peñarol, pero que “no son hinchas”,
dijo Ruibal Pino, “son delincuentes” que buscan en el fútbol “hacer su
negocio”, que incluye por ejemplo venta de drogas.
Así surge de la versión taquigráfica de la Comisión que
publicó El País.
De los 19 líderes o cabecillas, siete murieron por ajuste
de cuentas entre delincuentes. Los otros 12 suman más de 60 delitos entre sí,
informa el diario.
Todos estos fueron definidos como “delincuentes habituales
y peligrosos, que han tenido capacidad de organizar pandillas”, dijo el
comisario mayor retirado César Inzaurralde, miembro de la Comisión de Seguridad
de Peñarol.
Según el informe presentado en el Parlamento, hay seis
subgrupos que operan dentro de la barra del club y lo habitual es que cuando
cae un cabecilla, lo sustituya otro, aunque aseguran que como ahora la Policía
y el club están sobre ellos, esta “rotación” está más expuesta y se hace más
difícil.
Estos delincuentes tienen a su cargo unas 400 personas y
durante la semana “desarrollan su actividad criminal en distintos barrios a los
que se trasladan con sus nombres y denominaciones”. “Lo que ocurre en los
distintos barrios con la comercialización de la droga, el hurto de vehículos,
el hurto en fincas, la rapiña, tiene la característica —aunque parezca mentira—
de que durante la semana puede asociarse un barrabrava de Peñarol con uno de
Nacional o de Cerro para asolar un barrio”, dijo Inzaurralde, según publica El
País.
También advirtió que estos delincuentes se acercan “a
dirigentes” o “contratistas”, o “cualquier otra persona que ande en la vuelta
de un club”, para presionar y ganar terreno.
EL FÚTBOL COMO NEGOCIO
Aseguran que amenazan y extorsionan para lograr su
cometido. La Comisión de Seguridad de Peñarol alertó en el Parlamento que en
adelante puede haber “emboscadas” y “desarrollarse nuevas forma de coacción y
extorsión sobre los dirigentes, contratistas o jugadores”.
“Cuando no los dejen entrar en Peñarol y en Nacional, se
van a buscar otro medio de ingreso. De modo que en esto nosotros exigimos que
se haga un tratamiento colectivo del problema”, reclamó Ruibal Pino
“En principio, estos indeseables fueron considerados como
barrabravas de Peñarol y, en realidad, no lo son, como de ningún otro equipo.
Simplemente, son gente que colectivamente ha decidido negociar en eventos
deportivos, como lo es el fútbol. Mañana o quizás hoy puede ser el básquetbol,
luego puede ser el carnaval”, dijo el presidente de la Comisión de Seguridad de
Peñarol.
“No son hinchas de Peñarol”, aseguró, y dijo que a estos
delincuentes solo les importa “su bolsillo” y buscarán distintos lugares y formas
para llevar adelante sus “negocios”.
El ex comisario Inzaurralde aseguró que en Peñarol “no
ceden al chantaje” aunque saben el riesgo que asumen.
SUBRAYADO
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