domingo, 22 de julio de 2012

Distinguen a floridense por labor en matemática

El floridense Enrique Cabaña Pérez (docente Grado 5 de la Udelar), nacido en Florida el 2 de diciembre de 1937, será este lunes 23 de julio distinguido con el título “Doctor Honoris Causa” que la Universidad de la República otorga a personalidades destacadas en diversos ámbitos.
En diálogo con EL HERALDO, Cabaña Pérez relata cómo fueron sus primeros años en Florida y su carrera como docente que lo llevó a recorrer el continente americano.
LOS PRIMEROS AÑOS
“Nací el 2 de diciembre de 1937 en Florida, a la vuelta de la Iglesia, en la calle Gral. Flores. Ahí vivía mi familia cuando nací. Mi padre era de Goñi (Nemesio Cabaña Núñez, hermano de Raúl Cabaña Núñez) y mi madre de Florida (María Esperanza Pérez).
En Florida estuve hasta que terminé el liceo y como quería estudiar ingeniería me tuve que ir a Montevideo porque en aquella época no había preparatorio de ingeniería en Florida. Fui al único liceo que había (el actual Liceo Nº 2) y en el año 1953 (a los 16 años) empecé los preparatorios en Montevideo”, nos cuenta Cabaña Pérez.
PASIÓN POR LAS MATEMÁTICAS
Sobre el por qué de su afición a las matemáticas, relata el entrevistado. “La ingeniería me atraía y me gustaron los cursos de matemáticas. Tuve excelentes profesores en Florida en algunas asignaturas; me acuerdo mucho de Alberto Rosselli, Carlos Arrutti, era gente que estaba en cursos afines con las matemáticas. Rosselli daba física y Arrutti daba cosmografía. Me gustaron esos cursos y decidí estudiar ingeniería. Pero seguí con matemáticas, en realidad nunca trabajé en ingeniería.”
LA ODISEA
“En 1973 se intervino la Universidad. Cuando terminaron los cursos de ese año la gente que intervenía la Universidad no llamó a ninguno de los docentes de allí para tomar los exámenes de esos cursos. Entonces vimos que la cosa venía fea y nos fuimos todos los que quisimos hacerlo, que éramos siete, por una oferta que nos hizo la Universidad de Buenos Aires de darnos los mismos cargos que teníamos en Uruguay. Entonces nos fuimos ala Facultad de Ingeniería de Buenos Aires con la misma posición que teníamos aquí. La situación en la Argentina empeoró rápidamente, muchos profesores argentinos quedaron sin cargo hacia fines del año 1974 y los uruguayos que estábamos allí quedamos también afuera, y ahí nos dispersamos. Al año siguiente me fui a Chile, a un centro internacional de Estadística y estuve tres años allí, después me fui a Venezuela y estuve ocho años y medio en la Universidad Simón Bolívar de Caracas. A esa altura vino la democracia, se dieron las posibilidades de volver al país ala Universidad democrática de nuevo, y muchos de los que estábamos allí volvimos y empezó otra época.”
ALGO INCREÍBLE
Sobre el significado de la distinción que recibirá el próximo lunes, nos dice el Prof. Ing. Enrique Cabaña Núñez.
“El título me parece una cosa surrealista, apabullante, fíjate que comparto la lista con Franklin Roosevelt y Mario Vargas Llosa. Me ha costado hacerme a la idea porque realmente es una distinción un poco especial, pero bueno, me acostumbraré. La atribuyo a la constancia, la permanencia trabajando en la Universidad. La he querido y la quiero mucho a nuestra Universidad, y puede ser que la Universidad me quiera un poco a mí también, y tal vez a eso se deba una resolución tan extraordinaria e increíble.”

EL HERALDO

1 comentario:

  1. Me satisface expresar que ENRIQUE CABAÑA, fue contemporáneo mío. Los dos cursamos estudios en el mismo liceo. Fue un estudiante brillante. Siempre sobresalió, no solamente por su capacidad intelectual, sino también por ser alguien adornado con una personalidad digna de elogio, por su corrección y su sentido de respeto; tanto hacia sus profesores como a sus compañeros. No tuve con él una estrecha amistad, pero tampoco nada que pudiera distanciarnos. Recuerdo que era un excelente pianista.
    Mis felicitaciones al Ing. Enrique CABAÑA PÉREZ, y mi agradeciemiento a "EL HERALDO" por traerlo a mi memoria, estando tan lejos.
    Debo manifestar que nacimos en la misma calle, Gral. Flores, apenas a unos cien metros.

    Cordiales saludos.

    L.C.C.

    ResponderEliminar