La tensión acumulada en los días previos, cuando primero por un problema logístico y luego por una secuencia de cambios en el trazado elegido para arribar a Uruguay, se liberó finalmente en un espectacular día que invitó no solo a los devotos sino al público que, como sucede los 3 de junio, se sumó a la celebración independientemente de credos.
No fue raro escuchar en las últimas horas no sólo a oyentes de medios locales sino también a los propios conductores frases tales como "quizás sea que elija su camino y que no quiera venir a Florida. Con seguridad por algo es", como señaló un locutor el pasado viernes.
La imagen, que data de 1998, es una réplica de la original, que alberga la capilla de Teggiano desde el siglo XVI y que posee buena parte de la estructura ósea del cuerpo del religioso santificado.
Fabio Ragone, miembro de la comitiva que acompaña al San Cono durmiente, explicó a LA REPÚBLICA que la imagen de la capilla no se traslada, ni siquiera dentro de Teggiano, al tiempo que la réplica, que en su pecho alberga también un pequeño trozo óseo de San Cono, ha visitado varios puntos de Europa y América.
En Teggiano no sólo junio tiene su procesión, sino también setiembre, recordando el traslado, en el siglo XII, del cuerpo del joven religioso entonces recientemente fallecido.
A mitad de camino entre el monasterio en el cual murió y su ciudad natal, Teggiano, se liberó una carreta tirada por bueyes para que estos decidieran dónde serían enterrados los restos. Los bueyes fueron hasta Teggiano y, según la narración, murieron al llegar a la ciudad.
Ayer sábado, tras arribar el santo durmiente a la capilla floridense, el obispo de Teggiano, monseñor Ángel Spinillo, entregó a la comisión una reliquia de San Cono, consistente en otro trozo óseo.
Este domingo la celebración continuará con una procesión, de un recorrido más acotado que el de los 3 de junio, habiéndose instalado también una feria, como sucede en la tradicional fiesta floridense.
Diario LA REPÚBLICA
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