Si bien sabían que la posibilidad de que uno de los más de 40 chicos que allí asisten a diario pudiera aprender a tocar un instrumento de música clásica era ínfima, ellos redoblaron la apuesta y enviaron a nueve, con la sola consigna de que si no les gustaba no irían más.
Hoy esos nueve chicos integran la Orquesta Sinfónica Juvenil de Florida y el pasado 25 de agosto demostraron al público de Florida y a buena parte de la sociedad que es posible creer en cosas que parecen no estar al alcance de los más desposeídos.
Cintia Rodríguez (13), Matías Da Cruz (14), Maicol Rodríguez (8), Santiago González (12), Matías De los Santos (16), Fidel Crossa (14), Matías Lapasta (14), Jessica Larrañaga (15) y José Vilches (14) son los nueve chicos del proyecto De Puertas Abiertas que integran la Sinfónica Juvenil Floridense y que ven un futuro distinto a través de la acción social que se propone.
“Primero nos avisaron de que era una oportunidad que le daban a De Puertas Abiertas y nos las dieron a nosotros. Y fuimos”, dijo Fidel Crossa. Agregando que “nos motivó el poder aprender. Nosotros no sabíamos tocar nada. El primer día que fuimos no sabíamos ni cómo se llamaban los instrumentos y ahora queremos saber más. Lo que hicimos es aprender a tocar el instrumento, aprender las notas, estamos yendo a clases de solfeo, y a muchas cosas, eso es lo que nos empuja a ir para adelante”.
A pesar de las bromas que otros chicos del barrio y de su edad les puedan hacer, ellos ven a la Sinfónica Juvenil como “una oportunidad”. “Eso es así. Esto nos da una oportunidad de estar unidos todos, con los instrumentos, y ser compañeros, ser un grupo. Y nos permite aprender más de música y avanzar”, indicó Cintia Rodríguez.
Sobre la presentación del pasado 25 de agosto, a la hora de definir las sensaciones que pasaron por sus cabezas, Santiago González lo resume en forma exacta: “el orgullo de la gente cuando tocamos, que la gente estaba orgullosa por nosotros. No habíamos sentido eso nunca”.
CON PASOS FIRMES
El Centro De Puertas Abiertas es un proyecto de inserción de jóvenes en situación de vulnerabilidad social que lleva adelante la ONG Centro de Promoción de la Familia en convenio con el INAU. Desde hace cinco años trabaja en el barrio Burastero, en el norte de la ciudad de Florida, una de las zonas más carenciadas de la capital departamental.
Allí se les enseñan hábitos de trabajo, de estudio y de sociabilidad, se les da apoyo con los temas educativos y con situaciones relacionados a su entorno familiar. “Asisten más de 40 jóvenes, los cuales son rotativos, ya que vienen un tiempito y se desaparecen. La situación de los mismos es vulnerable y no hay que olvidar que se trata de un centro educativo no formal”, indicó Lionel Gul, director del mismo.
Los niños y jóvenes que asisten tienen atención psicológica y social con profesionales, al tiempo que se les brinda un complemento alimenticio en forma diaria.
Diario EL HERALDO
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