lunes, 8 de noviembre de 2010

En Argentina va preso un uruguayo por día

Cada día un uruguayo termina en la cárcel en Argentina. Miles viven en situación de calle, quieren volver al país, buscan a sus familias o necesitan documentos. El Consulado en Buenos Aires cuenta solo con una “caja chica” y los atiende en base a donaciones.

Son 180.000 los uruguayos que viven en Argentina y tienen documentos. Otros tantos, o tal vez más, no están registrados. Muchos viven en las calles y según datos del Consulado uruguayo en Buenos Aires, cada día uno termina preso por delitos comunes.

La cónsul general Lilián Alfaro, quien asumió el cargo el 26 de mayo, tomó como propia la tarea de visitarlos en las cárceles, alcanzarles lo que necesitan y promover ante la Justicia argentina las solicitudes para que sean trasladados cerca de la frontera con el objetivo de que puedan ver a sus familiares. La abogada Graciela Dibenedetto los asiste pero al tener título uruguayo no puede ejercer en el vecino país. El otro apoyo es el abogado de la Embajada, pero es uno solo y le resulta imposible seguir todos los casos. Con esas carencias, el mayor respaldo que brinda el Consulado “es humano”.

Alfaro dijo a Ultimas Noticias que esta semana visitó el penal de máxima seguridad de Marcos Paz y en dos pabellones encontró a trece uruguayos. “La mayoría son jóvenes y no tienen ni siquiera quien los visite porque provienen de familias pobres, que no pueden viajar. Hay más de mil en esta situación de manera permanente”, señaló.

Cuando cumplen la mitad de la pena, la Justicia argentina ordena su repatriación y no notifica al Consulado. “Muchos de ellos son indocumentados y eso incrementa el problema”, explicó.
Sin embargo, destacó que desde la sede diplomática se sienten “escuchados” por parte del gobierno y la Justicia argentina, que dan respuesta cuando se les plantea alguna problemática específica. “El Servicio Penitenciario de Derechos Humanos interviene cuando alguien se siente amenazado. No se trata de que los planteos caigan en un agujero negro. Te escuchan pero también hay un tema social de fondo que resulta imposible cubrir en su totalidad”, apuntó.

Como ocurre con la mayoría de los detenidos, en general aseguran ser inocentes pero para Alfaro eso no es importante. “Son uruguayos y nos necesitan. Para juzgarlos está la Justicia. Nosotros tratamos de dar una mano porque con la situación de cárcel a veces se nos incorpora el problema de encontrarnos con los chiquilines afuera, que se cuidan como pueden y terminan en situación de calle”, indicó.
Para atenderlos y además dar respuesta a los 1.900 documentos de diverso tipo que son requeridos cada mes, la oficina cuenta con 12 funcionarios y una “caja chica” de un monto limitado.

Alfaro comenzó a elaborar una estadística de la situación que atraviesan los compatriotas en el vecino país, con el objetivo de certificar con cifras la necesidad de un mayor presupuesto para su atención. Esa fue la base solicitada por el canciller Luis Almagro para buscar salidas conjuntas con el ministerio de Economía y hacer un planteo que cuente con el respaldo del sistema político.
La semana pasada, en ocasión del velatorio del líder justicialista Néstor Kirchner, la diplomática planteó el tema al presidente José Mujica y a los representantes de la oposición, que se comprometieron a analizarlo. En la actualidad, los recursos son tan limitados que el consulado se mantiene casi en base a donaciones.

Colonia Express dona los pasajes que se requieren para repatriar a los uruguayos, una línea que también sigue Buquebus aunque de manera más limitada, mientras que hay descuentos especiales en Cacciola y Cauvi. Por otra parte, uruguayos y argentinos acercan ropa para lo que Alfaro denomina “el gran ropero”, la cual se usa para vestir a las personas que sufren robos o son rescatadas de situaciones de calle.

La comida, remedios, pañales y transporte de los funcionarios para atender a los que están presos o alejados del gran Buenos Aires se financian con la “caja chica” o incluso con su propio bolsillo.
“Aplicamos un criterio de solidaridad pero es imposible ocuparse de todo. El presupuesto es muy limitado y tenemos que elaborar una estadística para que se sepa con claridad cual es la situación de los uruguayos pobres en este país”, concluyó.

UN AÑO SIN “OPERATIVO CELESTE”
Uno de los principales objetivos de los representantes del gobierno uruguayo en Argentina es reactivar el “Operativo Celeste”, que tuvo lugar durante el gobierno de Tabaré Vázquez y permitió otorgar la cédula de identidad a miles de compatriotas radicados en el vecino país.
El tema está siendo trabajado por la cónsul general, Lilián Alfaro, junto al embajador Carlos Flánagan, ya que desde hace un año no se lleva a cabo. “A veces el Uruguay tiene tiempos largos para algunas cosas”, indicó la diplomática, quien señaló a Ultimas Noticias que ante el apremio para atender las situaciones de los compatriotas “los funcionarios llegan a sacar dinero de su bolsillo. Hay cosas que no pueden esperar”.
Además de hacer trámites, documentos y atender a quienes sufren problemas momentáneos o permanentes, el Consulado se volcó en los últimos meses a la tarea de conectar a los uruguayos con sus familias. “Tenemos muchos pedidos de localizaciones de gente. En este tiempo reunimos a un chico que había sido dado en adopción con su madre, a la que estaba buscando y hemos tenido varios reencuentros entre hermanos. Estamos tratando de armar una cadena solidaria más allá de lo presupuestal responder a la demanda y mejorar la atención”, concluyó.


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