martes, 6 de abril de 2010

Ganador de Vuelta Ciclista vino a San Cono

Por ALEXIS TRUCIDO

Richard Mascarañas recorrió 1.747,4 kilómetros de carrera para ser el nuevo rey de la Vuelta Ciclista del Uruguay y, según reconoció ayer en Florida, fue gracias a San Cono. El santo volvió a ser protagonista de un triunfo deportivo en Uruguay y ayer recibió una malla del Alas Rojas, así como el número del líder, sus guantes y oraciones.
San Cono recibió a un deportista feliz, que corrió con una medallita que llevaba su imagen "y una cintita para no perderla y recordarlo todos los días antes de partir". Ese íntimo rezo dio bríos al pedalista de Tacuarembó, quien a sus 30 años levantó por segunda vez el máximo trofeo de la Vuelta y que, al igual que en anteriores oportunidades, fue un fiel feligrés que se puso bajo protección de uno de los santos con más convocatoria del Uruguay. "Si no hubiéramos ganado igual hubiéramos venido a agradecerle. Tenemos una familia por detrás y sabemos que después de una semana en la ruta recorriendo más de 1.000 kilómetros pueden surgir muchísimas cosas: roturas, caídas y uno no puede volver lastimado para disfrutar de la familia. Tengo la suerte de volver sano y por eso estoy muy agradecido con este santo. Si le pudiera traer mil cosas, se las traería, pero a veces son cosas que tienen mucho valor para uno y se la dejamos con todo el cariño del mundo", contó.
El presidente del club canario, Pablo López, fue quien impulsó a prometer a Mascarañas. "Yo sólo había venido cuando era un niño. Pablo viene siempre con su familia y empezamos hace algunos años. Llevaba la medalla en la vuelta anterior, en el Panamericano, en España y de ahí en más soy ferviente seguidor", señaló Mascarañas.
La capilla de la calle Rodó guarda el recuerdo de muchos ciclistas en sus anaqueles y de otros deportistas, desde que la imagen del Santo llegó en 1885 traída por la colectividad italiana proveniente de Diano Teggiano, Salerno.
Alcides Edgardo Ghiggia, autor del gol del "Maracanazo", que le dio el titulo a Uruguay en 1950, fue uno de los primeros en llegar a la capilla para dejar al santo los botines que calzó en el Maracaná. Milton Wynants, medallista olímpico, ofrendó una de sus bicicletas y el pasado año, la camiseta del "Pichichi" Diego Forlán, fue la "vedette".
El País Digital

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