INSTITUCIÓN PRESTIGIOSA
Luego de evocar la figura de Artigas, de quien se estaba
recordando un nuevo aniversario de su muerte, Hartmann se refirió a la realidad
actual de las Fuerzas Armadas de nuestro país.
“Admitimos con una sensación de agrado que nos sorprendió
una noticia difundida hace pocos días atrás sobre el resultado de una encuesta
de opinión pública que realizara la investigadora Corporación Latinobarómetro.
La misma arrojó que las Fuerzas Armadas en nuestro país son
consideradas la institución más prestigiosa. Entonces, dos siglos después de
Las Piedras, orgullosamente, y con sentido de pertenencia, sentimos que éstas
siguen siendo para los orientales una gran institución nacional, el emblema, el
símbolo que une y no separa, a fin de cuentas, la imagen y la gloria
fundacional de nuestra historia”.
REVANCHISMOS Y RENCORES
“Lamentablemente y con tristeza tenemos que decir que no
todos así lo comprenden. Hay quienes decididamente manifiestan que no creen que
los militares sirvan a los más nobles ideales y destinos de la Patria. Hay
quienes, atrapados en una perversa dinámica de revanchismos y rencores, creen
que las Fuerzas Armadas no tiene más derecho que el de soportar la humillación
y el menosprecio de la sociedad. Se empeñan en socavar las bases y su fin
solidario, pretendiendo crear grietas y antagonismos entre las distintas
jerarquías y generaciones. Y con ligereza y sin fundamentos, bregan constante y
sistemáticamente por su desaparición total” prosiguió el militar retirado.
A LOS MILITARES PRESOS
“Una tradición oral cuenta que cuando el General Artigas
decidió definitivamente cruzar al Paraguay, sacó de su alforja los últimos 4
mil patacones y se los consignó al leal y fiel Sargento Francisco de los Santos
para ser entregados a los orientales que estaban prisioneros en la isla de
Cobras en Río de Janeiro. Metafóricamente no podemos omitir cierto paralelismo
y le enviamos nuestro saludo a los camaradas retirados que por el fatalismo
agrio de mezquinas circunstancias en que les tocó servir, hoy se encuentran
privados de su libertad” indicó Hartmann, arrancando el aplauso del público
presente.
“EMPEZAMOS A VOLVER”
“La Roma imperial se caracterizó por su grandeza. Sus
generales antes de batallar arengaban a sus tropas con la gloria eterna del
imperio, infundiéndoles valor y confianza. Firmes y digno era su consigna (…)
Que esta consigna sea el centinela de nuestro proceder. Ojalá que al terminar
esta jornada todos nos vayamos con una sonrisa y la alegría de habernos
reencontrado. Muchas gracias y por ahora empezamos a volver” finalizó Hartmann.
EL HERALDO
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