Las familias Morra, tres familias, viven en la zona de Paso Calleros, a pocos metros del arroyo homónimo. En ellas viven cinco niños y seis mayores. Luego de secarse los pozos, desde el pasado 10 de diciembre comenzaron a solicitar agua al Centro Coordinador de Emergencia de Florida. La respuesta: se la llevaremos cuando la intendencia autorice las partidas de combustible, según contó Silvia Morras, una de las habitantes del lugar.
Hasta el miércoles 27 de enero la
situación estaba sin cambios. Los Morra están dispuestos incluso a pagar el
combustible, pero no obtienen respuesta.
Ante la situación, compran agua
embotellada. Pero lo hacen cuando pueden, y vienen a la ciudad de Florida que
está a unos seis kilómetros.
Cuando no pueden hacerlo bajan hasta el
arroyo cercano, llevan agua, la hierven y dan de beber a sus más pequeños, que
tienen entre 3 y 11 años.
En el arroyo además, los bañan e
higienizan, aprovechando la cercanía, y dejan el resto del agua que llevan para
las otras necesidades de las tres familias.
Silvia señala que la situación “es penosa”.
“Acá se nos secó un pozo que en su momento nos costó 40.000 pesos. No podemos
hacer otro. La sequía del invierno no ha terminado. Se “enganchó” con el verano
y nos dejó sin agua desde diciembre”.
17 FAMILIAS SIN AGUA
Desde el Centro Coordinador de Emergencia
se confirmó la situación. Tienen 17 pedidos pero no han podido cumplir con
ninguno porque no se autoriza el combustible, orden que tiene que dar la
intendencia de Florida.
Una vez que eso sucede, el combustible va
a los camiones de los batallones que colaboran con el Sinae y ahí comienza el
reparto.
La situación de un casi déficit hídrico
afecta a Florida en diferentes puntos. En Parada Sánchez, 10 kilómetros al
Noreste, el destacamento policial está sin agua potable, al igual que otras
familias de esa zona.
RECIÉN OPERADO NO TOMA AGUA
Santiago Morras llegó de una operación
hace 24 horas y se encontró con el detalle de que no tenía agua potable.
“Me dieron el alta y me encontré con esta
situación”, dice el padre de varios de los niños en Paso Calleros. “Quisiera
que se pongan un poco en el lugar nuestro. Yo estoy operado y necesito agua
para la higiene. Pero los niños son más importantes y tienen que tener el agua.
Podemos pagarla pero no siempre. Se secaron los pozos y tenemos la necesidad,
pero no nos dan respuesta”, volvió a insistir.
Ellos, al igual que los niños, han tenido
que utilizar el agua del arroyo “para todo”.
FLORIDADIARIO
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