ENFRENTADOS
Información
extraoficial obtenida por EL HERALDO permitió saber que el herido y
su agresor, dos jóvenes de poco más de 20 años, poseedores de antecedentes
penales, vecinos del mismo barrio, mantuvieron un enfrentamiento cuando el
primero de ellos caminaba por Rincón, en las proximidades de la planta
purificadora de Ose, y fue abordado por el restante, quien se desplazaba en
moto. Este último extrajo en un momento determinado un arma de fuego, al
parecer un revólver, y efectuó al restante tres disparos por la espalda. Uno de
los proyectiles le dio al otro joven, causándole un leve sangrado. Incluso fue
visto, momentos después del episodio, conversando con un grupo de amigos,
presentando aún la herida visible y sin haber recibido hasta entonces
asistencia médica. Luego de efectuar los disparos, el heridor guardó el arma y
se dio a la fuga.
“MÁS TIEMPO PRESO QUE LIBRE”
“Ha
estado más preso que en libertad” ilustró gráficamente un vecino, refiriéndose
al autor de los tres disparos, quien posee antecedentes penales por hurto y
otros delitos, y en los últimos tiempos se habría vinculado a la venta de
drogas. “De un momento a otro, pasó de ser un “plancha más” a vestirse con ropa
de buena marca y cambiar totalmente su aspecto” puntualizó otro vecino
consultado por EL HERALDO.
Vecinos
del barrio alertaron a la Policía, por lo que se montó un amplio despliegue con
la participación de varios efectivos y unidades policiales. Luego de
identificar a los participantes del episodio y entrevistar a testigos
presenciales, los policías condujeron por la tarde a las partes involucradas
ante la Justicia, donde comenzaron a declarar ante el magistrado actuante.
“AJUSTES”
Y “CÓDIGO DEL SILENCIO”
Pese a que aún no se ha comprobado que la reyerta de ayer y
la balacera del viernes en el asentamiento ubicado en 18 de Julio y Berro
obedezcan a un ajuste de cuentas por disputas vinculadas a la venta de drogas,
ésta es la principal hipótesis investigada hasta el momento por la Policía.
Según fuentes vinculadas a la investigación de ambos casos,
el principal obstáculo para confirmar el ajuste de cuentas como móvil en los
hechos de esta naturaleza es que el propio carácter delictivo que provocan estos
enfrentamientos da lugar al encubrimiento mutuo, conocido como “código del
silencio”, entre las partes involucradas, limitando el acceso a datos o
elementos de prueba fundamentales para el esclarecimiento de este tipo de
episodios.
EL
HERALDO
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