jueves, 18 de junio de 2015

Milvana Salomone fue secuestrada por parte de la "Banda del Tacoma"

Aquí estuvo secuestrada Milvana Salomone.
El 6 de junio, el día de su cumpleaños número 48, a casi dos semanas de su secuestro, el grupo que tenía retenida a Milvana Salomone le hizo un regalo: una Sprite Zero.
La cautela y los buenos modales de los secuestradores dejaron entrever que sabían lo que hacían. Salomone no vio ninguno de los rostros de los hombres y mujeres que la mantuvieron retenida allí durante 29 días.
El predio tiene una casa al frente y otra en la parte de atrás. 
En esta última estuvo la víctima todo el tiempo.
La tenían en un sótano de 2 metros por 2, y de 1.80 metros de altura, por lo que estuvo todo el tiempo molesta, sin posibilidad de descansar bien.
Sin embargo, sus captores le dieron comida y la trataron con respeto todo el tiempo. Incluso se ocupaban de comprar las frutas y verduras que ella solicitaba.
Precisamente este dato llamó la atención de la comerciante que solía vender artículos de almacén a la familia que vivía en la misma casa en la que estaba secuestrada la ginecóloga.
UNA CASA NORMAL, SALVO POR LAS MANZANAS
La escena del secuestro está ubicada en la calle Watt al 1663 frente a la cooperativa Comuvi, entre camino Casavalle y Mauricio Maeterlink. El País publica este jueves una crónica con esta información y una foto de la casa.
El titular de la casa es un hombre que había salido de la cárcel un año antes. Los vecinos dijeron a La República que nada hacía prever que el sujeto -considerado un “pesado” en la esfera policial- hubiera vuelto a sus antiguas actividades.
Vivía allí con su pareja, una adolescente en edad liceal y un niño a quien también se veía salir todos los días a la escuela.
Todo parecía normal en esa casa. Salvo que en las últimas semanas compraban manzanas, dijo la comerciante. “Uno no sabía por qué era, claro”, agregó.
L banda llevó allí a Milvana Salomone en la tardecita del domingo 17 de mayo.
La habían abordado en la puerta de su casa en Parque Batlle. Ella regresaba de Florida, la ciudad en la que viven sus padres. Tenía pendiente una visita a una paciente en el Hospital Británico, pero decidió pasar por su casa, situada a pocas cuadras del lugar.
Se había jugado el clásico de Clausura entre Peñarol y Nacional. Ella sabía que habría tumultos por su relación de vecindad con el Estadio Centenario. Parte de su familia estaba viendo el partido en la propia cancha.
ANTE LA VISTA DE TODOS
Cuando Salomone se acercaba a su casa, unos 60 hinchas subían por la calle Rafael Pastoriza desde avenida Ricaldoni, informa El País.
Frente a ellos y a una guardia policial especialmente asignada para controlar hinchas violentos, Milvana Salomone fue abordada por dos sujetos en capucha y con el rostro cubierto.
Uno se quedó en el auto y otro redujo a la mujer con un arma de fuego, y la colocó en el asiento trasero. Ella, que es una mujer de carácter fuerte, dejó que sucediera por una buena razón. Antes de entrar a la casa vio que su hijo y su esposo ya habían vuelto. Si ella se revelaba también podrían pasarla mal.
La Policía sabía que el lugar del secuestro había sido frente a su casa, mediante el GPS de la camioneta que apareció incendiada luego en la zona de Sayago.
Un dato que advirtieron los investigadores fue que la camioneta cambió “el patrón de manejo” después del ataque. La camioneta dio una vuelta manzana y desde entonces tenía un andar extraño. El coche “corcoveaba”. En principio, la Policía creyó que era porque se habían trabado en lucha. Pero en realidad, ahora se sabe que el secuestrador que tomó el volante no sabía manejar vehículos con cambios automáticos, informa El País.
Salomone estuvo consciente todo el viaje. Lo primero que le dijeron es que iba a “pasar unos días” con ellos. Luego, otros integrantes de la banda se deshicieron de la camioneta.
LA BANDA DEL TACOMA
Los secuestradores habían planeado con esmero todo el proceso. Habían compartimentado las tareas para evitar filtraciones. Unos trabajaron en el secuestro, otros en la comunicación con la familia y otros en la contención de la víctima.
La Policía se dio cuenta que estaba frente a experimentados delincuentes prontos para el mediano y largo plazo. La primera comunicación coincidió con el día de la muerte de la madre de Milvana Salomone. La familia -que estaba abocada a las honras fúnebres- recibió el llamado del almacenero de la cuadra. Los secuestradores habían llamado allí y le habían indicado una dirección en la calle Sambucetti. Allí estaría la primera carta escrita por Salomone solicitando el rescate. La orden era que el esposo de la víctima debía retirar el sobre en forma urgente.
Luego hubo más cartas más con el mismo modus operandi. Algunas no llegaron a destino, según la Policía. 
Pero un elemento de importancia fue el intercambio del dinero para el rescate. Fue el viernes en la zona del Molino de Pérez, una zona sobre la rambla con un importante retiro. La familia debía dejar el dinero en ese lugar.  Un hombre en una moto de alta cilindrada pasó a buscar el dinero y huyó.
Para entonces, la Policía sabía bastante más de lo que decía a la opinión pública. Apenas producido el rescate, salió a buscar a los presuntos responsables.
La médica no supo que sería liberada hasta que un día le dijeron: "Subí, que esto se termina". Luego, dos hombres la metieron en la valija de un auto, con los ojos vendados, y la llevaron hasta la Ruta 32 de Canelón Chico, donde la dejaron antes de las 7:00 de la mañana del martes.
Confesó que la única orden que desobedeció fue la de que debía contar "hasta 500". Dijo que contó hasta 300, y fue a buscar ayuda.
LA BANDA DEL TACOMA
Gustavo Lepere es uno de los líderes de la banda de secuestradores. La Justicia lo encontró responsable por secuestro en concurrencia fuera de la reiteración real, y de un delito de incendio.
Lepere es un viejo conocido de la Policía. Tiene antecedentes por homicidio en Italia y en Uruguay. También tiene antecedentes por narcotráfico y rapiña.
La Banda del Tacoma (centro de Reclusión cerrado en 2008) fue un resabio de las superbandas, tupabandas y polibandas de la década de los 90. En aquel entonces asaltaban bancos, locales de cobro y financieras.
Ahora varios de los integrantes de la “Mafia del Tacoma” fueron detenidos e interrogados por el Caso Salomone. 
Según la fiscal María Camiño, tenían infraestructura que indica que pensaban continuar secuestrando gente.
Lepere era uno de los líderes de la banda; el otro líder sigue prófugo.
SUBRAYADO


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