viernes, 17 de octubre de 2014

Jonathan Rodríguez: soñando despierto

El “Cabecita” Jonathan Rodríguez está en boca de todos. Con su actuación en los amistosos que disputó Uruguay y su golazo a Oman, demostró que Tabárez no se equivocó al citarlo. Fue en noviembre del año pasado, con aquellos dos goles que le convirtió a Nacional en el clásico, que su nombre comenzó a tener un lugar entre los nombres de las estrellas aurinegras. Después de ese partido fue entrevistado por el diario El País, donde dijo entre otras cosas que admiraba a Luis Suárez y que su sueño era vestir la celeste. Y menos de un año después de la entrevista, el Jona cumplió su sueño!
Esta es la entrevista de El País:


“ PREFIERO PASAR LO MÁS INADVERTIDO POSIBLE”
Al chico no le gustan las notas. Nunca le gustaron. Ni siquiera cuando era un adolescente que defendía a Atlético Florida, equipo en el que empezó a jugar a los 7 años. "Ya desde chico les disparaba a las cámaras y a las notas. Soy medio tímido", se disculpa.
Su timidez llega a los extremos de encerrarse en el dormitorio para hacer una nota telefónica para que su novia Sindy no lo escuche, porque su presencia empeoraría sus nervios.
"Me gustó el primero por la forma en que definí, por el control que hice con la cabeza y porque le pegué de lejos. Sí, me gustó más el primero", contó sobre los dos goles que anotó en el clásico, donde fue el gran protagonista aurinegro. Marcó el primero, dio el segundo y convirtió el tercero.
"Festejé con mucha alegría porque estaba re feliz. Dos goles en un clásico de Primera División no es para cualquiera. Estoy muy contento", reconoció el joven de 20 años, que también había anotado un par de goles en un clásico de la Tercera.
"No sé si estoy tocado por la varita mágica. Yo qué sé, no sé qué decirte... Yo lo único que hago es entrenar al máximo y prepararme para lo que viene". Ante la pregunta de qué es lo mejor que tiene dentro de una cancha, no se refiere a ninguna de sus cualidades, dice simplemente: "los compañeros".
"Jugar con el Tony Pacheco es un orgullo total y con el Canario (Aguiar), el Pelado Novick, Danilo (Lerda) el `Emi` Albín, que me han dado para adelante abundante", afirmó.
Al insistir con la pregunta, termina reconociendo que es muy veloz. "Bueno... la velocidad, en eso me destaco. Soy rápido y, a veces, también en la definición".
NO FUE FÁCIL
Pasó la niñez en su Florida natal, con una pelota en los pies. Apenas terminó la escuela. No le gustaba estudiar, sólo jugar al fútbol. "¿La niñez?, la pasé jugando en Atlético. Pasaba todo el día en la cancha y aprendí muchas cosas ahí. Siempre supe que quería ser jugador de fútbol, pegarle a la pelota era lo que más me gustaba hacer. Andaba todo el día con la pelota o pateando una botella. Muchas veces me hice la rabona en la escuela para irme a la cancha a jugar. No me gustaba mucho la escuela. Sólo el fútbol", admitió.
Es el quinto de los seis hijos que tuvieron sus padres Hugo, militar de profesión, y Graciela, ama de casa. Paola, Soledad, Jesús, Gustavo, Jonathan y Valentina, la más chica. Lo extraño es que en su numerosa familia la mayoría son hinchas de Nacional.
"Venir a Peñarol fue una decisión mía. Tenía 18 años y no me lo iban a impedir. Surgió lo de venir a probarme a Peñarol. Estaba tan feliz. Yo siempre fui de Peñarol, desde chico. Salí a un hermano, el único que es de Peñarol. Él siempre andaba con la camiseta amarilla y negra puesta; a mí me gustaron los colores", contó.
Los primeros pasos en la capital no fueron sencillos. Aunque en los primeros tiempos iba y venía todos los días, no se adaptaba y dejó. "Maduré y me hablaron mucho. Sergio Pardo, que es un técnico que tuve en la selección de Florida y que fue el que me trajo, el que habló con Víctor Púa. Por suerte pude volver y pasé a vivir con Facundo Guichón, que también es de Florida y me abrió las puertas de su casa. Y me fui adaptando".
Recordando esos momentos destaca el apoyo de varios de los entrenadores que tuvo en las formativas aurinegras. "La mayoría me ayudó mucho, pero Álvaro Regueira siempre me hablaba, me aconsejaba y me daba para adelante. Víctor Púa, también. Y el `Tito` Gonçalves, ahora", dijo quien tuvo su primera experiencia en el plantel principal con el "Polilla" Jorge Da Silva. "Pero me parece que el que dio la orden de subirme fue el `Tío` Sánchez", aclaró.
Luego volvió a bajar a Tercera, pero no le importó. "Yo estando en Peñarol, estoy feliz", aseguró. Es tan así, su felicidad por vestir la camiseta aurinegra es tan grande, que aunque cada vez se manejan más posibilidades de emigrar, él sólo piensa en ser campeón con Peñarol. "Yo en este momento lo único que quiero es ser campeón con Peñarol. Sé que ahora está medio complicado, pero falta jugar el Clausura. El año pasado fui campeón en Tercera, pero salir campeón en Primera División, conseguir el título sería un sueño cumplido. Si viene un pase ahora y me dicen que me tengo que ir para Europa, le digo que no. Me quedo acá para salir campeón con Peñarol. No sé si no estoy pronto para irme, quizá sí, pero hasta que no logre el título con Peñarol no me voy".


EL ROMANCE NACIÓ EN LA ÁMSTERDAM
Jonathan comparte la vida con su novia Sindy, Ella también es de Florida, pero se conocían de vista. Se hicieron amigos en la tribuna Ámsterdam, hinchando por Peñarol. Él intentó por todos los medios conquistarla. Fue muy insistente por teléfono, por chat, o buscando la complicidad de las amigas. Le llevó varios meses pero lo logró. Viven juntos desde febrero y para el suegro no fue fácil admitirlo. Ella es la más chica y la única mujer de la familia. La estudiante de profesorado de Idioma Español y el futbolista se alternan en la cocina. Él prepara asados y milanesas; ella, guisos y un buen tuco.
COMPLICADO, LE HABLARON Y ÉL SUPO ESCUCHAR
Para ningún muchacho del interior es fácil mudarse a la capital y descubrir un mundo nuevo y diferente. Menos aún para un futbolista. Las tentaciones son demasiadas y a veces falta la contención de la familia, que quedó atrás, a muchos kilómetros de distancia. Jonathan Rodríguez no fue la excepción. "Es muy complicado, por suerte a mí me hablaron a tiempo", dijo, sin darse cuenta que el mérito fue suyo que supo escuchar.
"Me encantaría vestir algún día la camiseta celeste, es otro de mis sueños", admitió sobre su futuro el admirador de Luis Suárez. "Me encanta y siempre lo miro jugar en el Liverpool".
EL PAÍS DIGITAL


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