Cuesta acostumbrarse a la idea de que
el plácido Uruguay está situado en una zona de generación de tornados
considerada la segunda en importancia en el mundo, luego de las planicies de Estados Unidos.
"Eché la
camioneta marcha atrás y vi cómo se chocaban las nubes negras y todo empezó a
girar. Se formaron dos embudos y después uno muy grande" relató Emiliano,
un joven que el lunes 11 de agosto se encontraba en una pradera del paraje
Cuchilla Seca, Florida. Corrió a su casa, lo contó, no le creyeron. Cinco
minutos después el tornado golpeó el establecimiento rural Las Piedritas.
FLORIDA EN ZONA DE MAYOR
FRECUENCIA DE TORNADOS
Foto del tornado de 1970 en Fray Marcos, tomada por el Sr. Pastorini. |
"Según los meteorólogos,
Uruguay es un país proclive a tornados violentos", afirma el Sistema
Nacional de Emergencias (SNE), en su página web, donde se consignan algunos de
los registrados desde 1913 hasta 2002 (ver recuadro).
"Los lugares
de mayor frecuencia son Colonia, Florida y San José, pero han habido en otros
lugares, como en Artigas en 1996, en Rivera en 1968..." dijo el
meteorólogo Fernando Torena, que estudia estos fenómenos extremos. "Lo que
pasa es que la gente que los vive no lo cuenta a los científicos, que
terminamos enterándonos a través de la prensa. Seguramente hubo muchos más,
pero tenemos pocos registros", añadió.
Un estudio
meteorológico de Brasil habla del "pasillo de los tornados de América del
Sur", para referirse a una zona que abarca el sur de Brasil, el centro de
Argentina y Uruguay, en donde se enfrentan el aire frío del Sur con el cálido
del Norte. Los tornados alcanzan un grado F4 en zonas de Argentina; en Uruguay
se considera que se forman hasta F3.
"Al contrario
de Estados Unidos, donde el servicio meteorológico registra exhaustivamente
todas las ocurrencias, aquí las observaciones recaen más en aficionados y
órganos de prensa", señala el estudio de la Red de Estaciones de Climatología Urbana de Sao
Leopoldo (Brasil) sobre tornados en la región.
Un grupo de
técnicos de la
Dirección Nacional de Meteorología (DNM) realizó un estudio
de campo sobre el paso del tornado en Florida, que dará a conocer la próxima
semana. Éste es el primer estudio de campo de un evento extremo que hace la DNM en forma oficial desde
2003, aunque algunos meteorólogos han realizado estudios por su cuenta, con el
apoyo de la ONG Amigos
del Viento, contó Jorge Nusa, uno de los seis técnicos que participa del
relevamiento. Sin este tipo de trabajo, no se puede determinar la magnitud del
fenómeno ocurrido. "Es muy difícil medir los vientos, así que se analizan
los daños y se utiliza la escala que hizo Theodoro Fujita en Estados
Unidos", dijo Nusa.
En el trabajo de
campo importan hasta los olores: un tornado va levantando tierra, escombros,
eso puede dar un indicio sobre la trayectoria... En otros eventos, la gente
decía que había olor a tierra mojada o a azufre, ya que por la actividad
eléctrica se forma ozono. También señalan el ruido, como el de un avión volando
bajo o una locomotora", explicó.
El primer estudio
de referencia sobre tornados en Uruguay fue realizado por el Sohma (servicio de
la Armada ),
sobre el tornado que en 1970 pasó por la ciudad de Fray Marcos. Aunque el SNE
afirma que hubo 7 muertos, en este informe se consignan 11, entre ellos dos
niños de 6 y 12 años.
El viento pudo
haber llegado a una velocidad de 400 kilómetros por hora. Viviendas reducidas a
escombros, un camión elevado encima de un árbol, otros cambiados de acera,
chapas de zinc clavadas en los árboles como si fueran banderas, fueron datos
elocuentes sobre su intensidad, señalaba el informe. Aquel tornado tuvo una
trayectoria de 18
kilómetros , desde la orilla del río Santa Lucía hasta 5 kilómetros al
noroeste de la localidad de Fray Marcos, con un ancho de 150 metros que aumentó a
250 al acercarse al poblado.
Mapa donde se muestra la zona de tornados en América del Sur, llamada"El Pasillo de los Tornados". |
EL PASILLO DE LOS TORNADOS
El Pasillo
de los Tornados es una
extensa área de llanura en el Cono
sur, donde se producen tornados con mucha frecuencia.
Muchos de ellos son extremadamente destructivos, dado las
condiciones y climatología que presenta el área para la formación de tormentas
intensas, granizo y tornados. Según estudios de la Sociedad Meteorológica
Estadounidense, las tormentas generadas al este de la Cordillera de los
Andes, en la llanura pampeana y
los llanos cuyanos, son las más intensas del planeta, con una muy frecuente actividad de granizo de gran tamaño.
La región fue denominada así por la Red de Estaciones de
Climatología Urbana de Sao Leopoldo (Brasil).
CAZATORMENTAS
"Como los
agujeros negros son el misterio para la astronomía, los tornados lo son para la
meteorología. No tienen periodicidad; no se predicen tornados en ninguna parte
del mundo. Hay 10 teorías distintas sobre la génesis de los tornados",
contó Torena.
"Se puede
decir cuándo hay condiciones para el desarrollo de tormentas severas, que
pueden generar piedras de granizo de más de 2 centímetros de
diámetro, vientos de más de 90 kilómetros por hora o tornados".
Para eso tiene que
haber altas temperaturas y mucha humedad sobre la superficie, y un frente frío
o línea de inestabilidad que hagan que el viento ascienda bruscamente, entre
otras condiciones. Dada la tormenta, "es muy difícil saber si
efectivamente se va a formar un tornado", explicó Torena.
Para mejorar las
previsiones sobre la ocurrencia de tormentas locales de gran intensidad, el
meteorólogo Mario Caffera señaló, en una presentación realizada el año pasado,
que deberían instalarse al menos tres estaciones de radio sondeo, cada una con
un costo de US$ 100.000 más US$ 80.000 por año (gastos de mantenimiento,
formación de los operadores y otros).
Por otro lado,
Torena señaló que es necesario sensibilizar a la población para recopilar
información. "No existe actualmente en América del Sur un registro
confiable y detallado de eventos de tornados, debido a que no hay una
concientización pública al respecto", señala en su página web
cazadoreseneluruguay.blogspot.com. Por eso, junto con Amigos del Viento,
propuso crear un grupo de voluntarios de vigilancia de fenómenos severos,
pidiendo a los ciudadanos que describan el evento climático siguiendo
determinados parámetros y lo comuniquen a los investigadores.
La dificultad está
en recopilar la información, no en recordarla. Eduardo Tapié, médico de Fray
Marcos, contó que allí "cada 21 de abril, en cualquier conversación sale
el tema del tornado. Hay personas, aún hoy, que ni bien ven tormentas se
encierran en sus domicilios. Se sigue recordando, como si hubiese sido
ayer".
EL PAÍS DIGITAL
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