martes, 27 de agosto de 2013

Se llama ineptitud

La Directora Departamental del INAU A/S Mariela Hernández solicitó con anticipación a sus jerarquías que enviaran inspectores de esta repartición para controlar la participación de menores en las fiestas de la Noche de la Nostalgia.
E
l control surgió como consecuencia del reclamo de vecinos floridenses por inconvenientes acontecidos en fiestas anteriores.
Producto del requerimiento de la directora departamental del INAU, en la noche del 24 de agosto una inspectora arribó a nuestra ciudad proveniente de la capital del país.
Según el reporte realizado por las autoridades correspondientes a Noticias TVF en la mañana del 25 de Agosto, “el INAU no encontró ningún menor en las fiestas que se realizaron en nuestra ciudad”, aunque esto suene extraño.

Especialmente los controles apuntaron al Club Florida (donde Sudaca realizaba su clásica fiesta) y la carpa de la cancha de Atlético (donde Blanco y Negro organizaba su tradicional gran fiesta).
Las preguntas son varias. ¿Los menores no compraron entradas? ¿Los organizadores de fiestas no les vendieron entradas a los menores? ¿Hubo tanta responsabilidad en la Noche de la Nostalgia? ¿Y si fue así, los menores no salieron? ¿A dónde fueron a bailar?
Las respuestas a todas estas preguntas son innecesarias.
La inspectora del INAU que llegó desde Montevideo, tenía que fiscalizar también Sarandí Grande y Durazno. Por este motivo, su inspección a las dos fiestas donde se presumía podría haber menores se registró entre la 01:00 y 02:00 horas del 25 de Agosto.
La inspección fue tan temprano, que ambas fiestas no habían comenzado aún cuando la inspectora se hizo presente.
¿Increíble no? Se inspeccionaron fiestas bailables sin personas en su interior, sólo con sus propietarios y los trabajadores.
Pero claro, sí al día siguiente no analizamos el contexto de la inspección, todos creemos el verso de que no hubo ni un menor que bebió alcohol en la Noche de
la Nostalgia.
Un
o de los responsables de la fiesta del Club Florida, le sugirió a la inspectora que volviera más tarde a realizar los controles, cuando hubiese gente en el interior, próximo a las 04:00 de la madrugada, ya que ellos estaban seguros de que no habían vendido ni una entrada a menores.
Luego de los “controles” en Florida, la inspectora siguió su tour, arribando cerca de las tres a Sarandí Grande, allí, en el ex local de Magma, una Cooperativa de Vivienda organizaba una fiesta.
La inspectora encontró a un joven con un vaso de cerveza, motivo suficiente éste para aplicar una multa que supera los $30.000. La multa está demás decir que fue bien aplicada, los organizadores del baile estaban en infracción. No obstante, la inspección fue con la fiesta comenzada, no con las puertas cerradas. ¿Es justo? Para el INAU sí. En este caso una cooperativa de vivienda de 30 familias que hace un baile cada tanto pagó los platos rotos.
Lo llamativo es también que en Florida el INAU no tiene inspectores, hay que requerirlos a Montevideo. Impactante. Sobre todo cuando hablamos del control de los menores, quienes muchas veces participan de fiestas en las cuales se bebe demasiado alcohol.
Sobre todo cuando estamos en un país en el cual se habla bastante de cuidar a los jóvenes y protegerlos. ¿De esta manera se los cuida y los protege?
Cuando desde el estado hoy se plantea con tanto énfasis el aplicar leyes, controlando y regulando, aún se continúa con viejas prácticas de no saber ni poder llevar adelante siquiera una visita acorde en horarios determinados para llevar adelante una mejor calidad de vida para nuestros jóvenes.
Aún estando en infracción es inconcebible que justamente quienes menos merecían tengan que pagar la ineptitud de quienes ordenan estos tipos de controles.
Lamentable.

TVF FLORIDA

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