miércoles, 8 de mayo de 2013

Todo Goñi despidió a Marisel

Despedida a Marisel Luis en el Cementerio de Sarandí Grande.
Pueblo Goñi el lunes quedó desierto. Los algo más de 200 habitantes hicieron los 25 kilómetros hasta la vecina ciudad de Sarandí Grande para despedir a Marisel Luis Garmendia (31), la asistente social oriunda de esta villa que fue asesinada por su acosador a la salida de un baile benéfico.
El homicida es un tambero de 47 años, A.G., que estaba "obsesionado" con la joven desde tiempo atrás. Fue detenido minutos después de dispararle un tiro en la cabeza con un revólver calibre 32. El lunes declaró por primera vez ante el juez letrado de Florida, que dispuso se le practicara una pericia psiquiátrica, para lo cual fue trasladado a Canelones.
Según cuentan todos quienes conocieron a la joven, A.G. acosaba desde hacía tiempo a Marisel, enviándole mensajes a su celular, llamándola. Esta situación era, incluso, conocida por sus colegas en Montevideo. Marisel trabajaba desde hacía cierto tiempo en el Centro Cooperativista Uruguayo (CCU) y era igualmente apreciada.
"Hablé con la hermana, que me confirmó que efectivamente ella había denunciado a la Policía la situación que estaba viviendo", dijo a El País el presidente de la Asociación de Asistentes Sociales del Uruguay (Adasu), el licenciado Rodolfo Martínez. El profesional indicó además que la joven "intentó tomar medidas de protección", aunque aparentemente estas nunca llegaron a aplicarse.
También una amiga de la víctima confirmó tales extremos. "Acá hacés la denuncia en la comisaría y te mandan a Florida, no te la toman y te derivan allá", comentó una vecina. Pero la mayoría prefiere no hablar, con un gesto de dolor y bronca.
DESENLACE FATAL
Ninguno de los que se encontraba en el baile tuvo tiempo de reaccionar. Para todos fue una sorpresa, no salían del asombro luego de la detonación del disparo.
"Fue rapidísimo, el único que lo vio con un arma fue el policía después de cometer el asesinato, pero en realidad nadie vio que le pegó el tiro", comentó uno de los concurrentes al baile.
Eran las 3.15 del domingo cuando ocurrieron los hechos en el baile tradicional organizado en un local del complejo de viviendas Mevir de Goñi. Estiman que había alrededor de 130 personas en el recinto. Desde el interior del salón oyeron la detonación, pero muchos creyeron que se trataba de un desperfecto en los parlantes que emitían música.
"Yo lo único que vi fue cuando cayó la muchacha, porque sentí un ruido, un golpe, no se sintió muy bien, porque por la música alta pensé que era algún parlante y después sentí olor a pólvora y ahí dijeron que le pegaron un tiro a la muchacha que cayó a tres metros de donde estaba yo, y después se armó un borbollón de gente y todos salimos corriendo", recordó un vecino que estaba allí.
A.G., con el arma humeante, fue interceptado por un agente de la Policía Caminera que estaba allí en su día franco y de particular, como uno más. "El muchacho es de acá de Durazno -aseguró el testigo, refiriéndose al policía que actuó-, le sacó el revólver antes de que se armara..., no le dio tiempo a nada".
Y muchos dicen que pudo ser peor. Algunos pocos se atreven a quebrar el silencio, pero siempre a cuenta de mantener su anonimato. Y dicen que la tragedia pudo haber sido mayor. Aseguran que A.G. "se enloqueció" cuando vio a la mujer que acosaba desde hacía tiempo bailando con otro joven. "Lo iba a matar al novio y después se iba a pegar un tiro", dicen.
De los asistentes, los testigos más cercanos a los hechos, un total de 16 personas, ya prestaron declaración.
UN ERMITAÑO
A.G. es conocido por todos en Goñi. Este productor rural de 47 años era de pocas palabras, "ermitaño" coinciden muchos.
A.G. estaba separado de su esposa y es padre de tres hijos. Se dedicaba de lleno a su trabajo, y participaba en las reuniones de los tamberos de la zona, que como es sabido forma parte de la vasta cuenca lechera del país. Según aseguran los pobladores de Goñi que fueron consultados, la joven asistente que se había ido a trabajar a la capital se había convertido en una obsesión para el tambero.
Dado su perfil no debe descartarse que aquella noche concurrió al baile benéfico, una tradición en el diminuto poblado, sabiendo que la encontraría allí. Algunos vecinos contaron que se lo vio charlando con otros vecinos.
"No tenía problema ninguno, `re-prolijo` se portó, había tomado media `whiscola`, estaba fresco. Yo había conversado con él cinco minutos antes, era muy conocido, un tipo laburante, nunca había tenido un problema y de mujeres, menos que menos. Por eso no sé lo que pasó...", narró uno de los vecinos que aún no podía salir de su perplejidad.
UN PUEBLO DE 246 ALMAS
Pueblo Goñi se encuentra situado en la zona noroeste del departamento de Florida, próximo a su límite con el departamento de Durazno, sobre la Cuchilla de Maciel.
La localidad floridense se ubica junto a la Ruta 5 en su km 166, y con estación de trenes sobre la línea de ferrocarril Montevideo-Rivera en su km 186. Dista 72 km de la ciudad de Florida y 166 km de Montevideo.
Según el censo del año 2011 la localidad contaba con una población de 246 habitantes. Pese a su tamaño, el pueblo cuenta con todos los servicios básicos.
Los oriundos de Goñi recuerdan pocos casos de violencia, o delitos en general. El último crimen, que ocurrió en un paraje rural cercano al pueblo, data de 2003 cuando fue ultimado un matrimonio en su vivienda.
EL PAÍS DIGITAL


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