jueves, 4 de abril de 2013

Vega dejó su banca del Senado

En la despedida del diputado del MPP, Álvaro Vega, que dejó su banca y el sector por discrepancias políticas, hubo caras largas en sus ahora ex compañeros y elogios de los otros frenteamplistas por la "altura" con que deslizó sus críticas al MPP.
La suerte de Vega, diputado del Movimiento de Participación Popular (MPP) por Florida desde 2005, comenzó a jugarse cuando se volvió extremadamente crítico con algunas acciones del MPP y del gobierno.
Por ejemplo, declaró en forma pública que se sentía "defraudado" porque legisladores del sector "usaron los viajes en forma equivocada o desmedida sin ningún criterio". También cuando se alentó desde el gobierno la conformación de una cooperativa en el frigorífico Florida, algo que él consideraba impracticable e inconveniente para los propios trabajadores.
El cortocircuito con el Poder Ejecutivo venía desde larga data. Vega mantenía una posición especialmente crítica sobre la gestión del gobierno en  temas como salud y educación.
Incluso Vega llegó a sostener discusiones públicas en el plenario de Diputados con el colega Alejandro Sánchez, a quien llegó a decirle en una sesión de Diputados que estaba "agrandado" por diferentes actitudes.
La bancada del MPP no entró ayer en confrontación con el renunciante. Ni siquiera le contestó, aunque sí le hizo sentir el rechazo profundo a su accionar con el sector y el gobierno del presidente José Mujica.
"Hoy van a quedar atrás las discrepancias. Sólo me dolió mucho que alguien dijera que era un recién llegado", lamentó Vega. Sus expresiones aludieron al senador del MPP Ernesto Agazzi que había resaltado de modo crítico su llegada a la política como médico floridense más que como dirigente político de base.
Vega no lamenta la renuncia porque la decisión la tomó "a conciencia". "No se necesita ser diputado para seguir en la lucha y mantener algunos principios", aclaró.
UNA HORMIGA
Insistió en que "hice lo que creí que tenía que hacer. Esa conciencia me llevó a decir una serie de cosas que crearon fracturas que duelen y que son necesarias. Y me llevó a decir cosas incómodas".
"A partir de hoy seré una hormiga y no construiré más los hormigueros. Pero sin hormigas no hay hormigueros", subrayó.
Tras el discurso Vega se fue de sala y muchos legisladores frenteamplistas y de la oposición se le acercaron para abrazarlo.
Al subir las escaleras en dirección al ambulatorio de la Cámara pasó junto a Ivonne Pasada (MPP), que ni lo miró.
Aníbal Pereyra, también del MPP, y uno de los que más lo había criticado, se había retirado de sala antes de comenzar el tratamiento de la renuncia. "Prefirió no hablar", confiaron a El País legisladores del mismo sector.
Vega recibió elogios a su "moral" de parte del grupo oficialista Corriente de Acción y Pensamiento-Libertad (CAP-L), justamente el sector que se formó a partir de la escisión del MPP. La CAP-L es hoy conducida por el ministro de Defensa, Eleuterio Fernández Huidobro.
Carlos Gamou (CAP-L) lo definió como "un ancla moral" sobre "cómo se debe hacer política. Cuando tuvo que decir lo que dijo, lo dijo". Y Juan Carlos Souza, también de la CAP-L, reconoció "la honestidad intelectual del compañero".
El diputado socialista Gustavo Bernini reconoció lo "maduras y serenas" de las palabras de Vega. "Tuvo la intervención más medida desde que está en el Parlamento. Lo hizo con altura y en función de la investidura que tiene", afirmó.
Y Doreen Ibarra (Fidel) destacó que "más allá de las discrepancias, hemos aprendido a respetar sus posiciones".
El País Digital

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