El Centro Diurno Cruz Alta –que se iniciara como un merendero en una antigua casa contigua- cumplió el sábado 15 años y lo celebró con una animada reunión en la que los ancianos que son atendidos diariamente, compartieron con la comunidad.
El 8 de diciembre de 1997 el Centro Diurno Cruz Alta fue inaugurado por el presbítero Carlos Quijano, con el propósito de atender a ancianos que se encuentran en soledad o desatendidos.
23 ancianos pasan actualmente desde la mañana a la tarde, reciben sus cuatro comidas (el almuerzo lo comparten en el Centro y la cena se la llevan para la casa) y tienen allí ducha, entretenimiento y posibilidades de lavar y cambiar su muda de ropa.
La atención corre por cuenta de vecinos vinculados a la iglesia Católica que se hacen cargo de reunir recursos, conseguir apoyos y disponer el trabajo que haga falta para cocinar, lavar, hacer la jardinería y todo cuanto haga falta.
Este sábado el centro celebró sus 15 años y en la víspera, el viernes, fue visitado por su madrina, la princesa Laetitia D’Arenberg, que además de compartir un rato con los ancianos trajo una canasta de productos dulces de La Pataia , que los ancianos compartirán.
La fiesta del sábado por la tarde contó con varios números. Entre ellos la clausura de cursos del taller de expresión corporal que ofrece la Escuela Municipal de Artes y Artesanías, a cargo de la profesora Sandra Barreiro.
Luego de los números y en torno a bien servidas mesas –atendidas por las propias damas de la comisión- y en un salón especialmente decorado se vivió una alegre jornada en la que contribuyentes y amigos, ancianos y comisión, celebraron el aniversario.
EL HERALDO
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