martes, 10 de agosto de 2010

Escuela Chilcas y Chingolas sigue esperando

A más de un año del incendio en la escuela de Chilcas y Chingolas, los niños aún esperan por el nuevo local. "Las paredes están igual que cuando se incendiaron, hay más niños y más frío que el año pasado", dijeron desde la Comisión Fomento.
Una muy precaria capilla con piso de ladrillo y paredes frías sigue siendo el único salón de estudios de los 14 niños que concurren a la escuela Nº 46 de Paso del Rey, ubicada en la localidad de Chilcas y Chingolas, a 130 kilómetros al noreste de Florida.
En junio de 2009 el centro educativo se incendió por completo y en ese momento surgieron promesas para reconstruirlo, pero "la burocracia dejó todo quieto", agrega Eduardo Muniz, miembro de la Comisión Fomento de la escuela.
Hace un mes, el ahora intendente de Florida Carlos Enciso presentó -en su calidad de diputado- un nuevo planteo sobre la demorada reconstrucción del centro escolar.
"Se ha insistido en este tema desde que la escuela fue totalmente destruida por un voraz incendio. Inmediatamente después, varias versiones de las autoridades anunciaban un plan de recuperación de las instalaciones escolares con varios tipos de donativos", dijo Enciso.
De hecho, los donativos llegaron, los aportes económicos también, pero la escuela sigue en las ruinas. "La situación en Chilcas y Chingolas está incambiada. Los niños siguen yendo a estudiar a la capilla y aunque sabemos que hay toda una gestión, allá no ha pasado nada", dijo una fuente educativa.

Enciso elevó un pedido de informes a la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) para conocer cuándo se iniciarán las obras y si existe o no el dinero.
El ex inspector departamental de Florida Hugo López, que presentó renuncia hace algunos días, confirmó que "las gestiones se han hecho todas. Tenemos un problema porque la autorización para comenzar la construcción desde la empresa Buquebus no ha sido firmada y se espera por eso".
Mientras se aguarda por una firma, la policlínica y la capilla San Pedro Apóstol son hoy la escuela Nº 46. La capilla es una construcción simple, con piso de ladrillo y techo de chapa. Se llueve, tiene problemas de humedad, es un espacio grande y frío y sólo hay una estufa a gas para calefaccionarse. Aunque el pueblo renació tras el incendio porque se instaló la energía eléctrica y lámparas, esto no alcanza.
La policlínica -que dejó de tener un médico hace bastante tiempo- ahora oficia como salón comedor de la escuela. En la capilla y la policlínica hay muebles que donó la Intendencia y otras instituciones.
DESTRUIDA EN MINUTOS
El 5 de junio de 2009 la estufa que calefaccionaba la escuela 46 estaba encendida, como de costumbre, para contrarrestar una jornada fría y húmeda. Un tirante junto a la parte superior se recalentó y tomó fuego. Un inflamable cielorraso de espumaplast y paja avivó las llamas que se extendieron para consumir todo a su paso. En casi 30 minutos, los cerca de 300 metros cuadrados fueron consumidos.
El País Digital

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