viernes, 25 de junio de 2010

Cultura de duelo: falleció Fernando González

La noticia necrológica dirá fríamente que ayer, 24 de junio de 2010, falleció Fernando Martín González Calcagno. Para nosotros en cambio ya nada es igual.
Con Fernando se nos fue «un hermano que nos dio la vida» (como suele decir ese periodista y poeta que es Julio Toyos).
Un maestro en esta profesión tan hermosa pero a veces tan difícil del periodismo.
En él encontramos esa sabiduría tan especial, tan única e inimitable que tienen los grandes de verdad, los que no «se muestran» todos los días para que los demás los aplaudan.
De Fernando aprendimos a querer esta profesión pero también a disfrutarla, a vivirla como algo nuevo todos los días.
Jamás una frase hiriente, nunca un ataque por la espalda, siempre de frente y amigo «a muerte» de sus amigos.
Quienes conocimos al verdadero Fernando, al querido «Mago», encontramos en él un consejero, alguien en quien recostarnos en los momentos difíciles, para después salir fortalecidos por la influencia de su decir pleno de calma y esa paz que sólo tienen y saben trasmitir los elegidos.
Y él lo era.
Lo vamos a recordar de muchas maneras. En las tertulias de la redacción de un diario, en las conferencias sobre historia de nuestro país y de Florida para las cuales ya no habrá reemplazante, en las reuniones de periodistas cuando aparecía con su guitarra y nos deleitaba con su vozarrón tan particular, en las ruedas de mate o en aquellos momentos en los cuales recibíamos algún mazaso de esos que nos da la vida (o algún traidor que antes se dio por amigo) y él nos decía convencido «dale que vos podés” ó “¿te vas a entregar justo ahora?”.
Por todo eso y por mucho más, ayer se nos fue un hermano. Un «tipazo» de esos que encontramos muy de vez en cuando, en este duro camino de todos los días.
Un maestro de espíritu sensible. Un ídolo de verdad y no con «pies de barro» de los que también hemos conocido unos cuantos.
Por todo eso: gracias Fernando. Porque disfrutamos con tu amistad. Porque aprendimos mucho de tu manera honesta de hacer periodismo.
Y te aseguramos que, por todas esas cosas, jamás te irás del todo. Los grandes de espíritu, se quedan para siempre en el corazón de quienes lo quisieron.
Eso pasará con nosotros.
Que a decir la verdad ayer nos costó enfocarnos en la tarea cotidiana. Realmente nos resultó difícil de asumir tan dura y repentina partida, y sin darnos cuenta los recuerdos se agolpaban en nuestra mente, acompañados de un sentimiento de soledad increíble.
Aunque paralelamente tenemos la certeza de que siempre el «Mago» estará con nosotros.
Y no por casualidad la vida quiso que su muerte coincidiera con la celebración de los 75 años de la partida definitiva de otro “Mago”, Carlos Gardel.
Diario EL BUSCADOR

SU APODO
Pocos saben el verdadero significado de su apodo, porque “Mago” no fue su seudónimo original. En los primeros dibujos que hizo para El Heraldo, la firma que Fernando González ponía debajo de sus trabajos era “Magoo” (Magú), el nombre de un popular personaje de dibujos animados, caracterizado por su miopía. Fernando, ironizando con él mismo, se denominó así por ser muy corto de vista. Pero la gente entendió su apodo como “Mago” y comenzó a llamarlo así, hasta que ni el propio Fernando pudo evitar aceptarlo como su verdadero apodo.

Era tan corto de vista que a veces no reconocía ni siquiera a quienes pasaban a su lado, enojando a quienes no saludaba, que creían que lo hacía por soberbia o pedantería.
SUS ACTIVIDADES
Nacido el 22 de mayo de 1953, Fernando González fue maestro, guitarrista, cantante, recitador, actor teatral, locutor, dibujante, escritor, periodista, edil departamental del Partido Colorado e historiador. Un gran tipo y mejor amigo.

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